La balada del norte

La balada del norte (Tomo 1), de Alfonso Zapico. (Astiberri)

Después de haber publicado diversas obras históricas sobre personajes o lugares lejanos, como Café Budapest, sobre el conflicto entre Israel y Palestina, El otro mar, sobre la llegada de Vasco Núñez de Balboa al Océano Pacífico, o Dublinés, la biografía de James Joyce con la que ganó el Premio Nacional de Cómic en 2012, Alfonso Zapico decidió acercarse a la historia de su tierra. Desde la perspectiva que le da su actual residencia en Angulema, se ha acercado a la revolución obrera de 1934 que tuvo lugar en su Asturias natal.

Tras un largo proceso de documentación, que ha incluido multitud de entrevistas con mineros, Zapico ha publicado, de la mano de Astiberri, el primer tomo de los dos de los que constará La balada del norte. El dibujante conoce el mundo minero desde dentro, ya que algunos de sus familiares cercanos han trabajado toda su vida en la mina. Además, su infancia transcurrió en Blimea, uno de tantos pueblos de los valles mineros de la región.  En principio, la segunda parte estará disponible a finales de 2016.

Tras una breve introducción a la Historia de España de inicios del siglo XX, en que Zapico muestra su capacidad para resumir una época tan convulsa en unas pocas viñetas, la acción del cómic se inicia con la instauración de la Segunda República. La historia  se estructura en dos tramas que se entrecruzan, aunque cada una de ellas tiene un protagonista distinto: por un lado, Tristán, hijo del Marqués de Montecorvo; y por el otro, Apolonio (el personaje que aparece en la portada) capataz muy respetado de una de las minas propiedad del Marqués.

Tristán es un joven intelectual que vive en Madrid, donde se relaciona con escritores y periodistas y donde trata de conseguir el éxito con la publicación de traducciones de los grandes poetas rusos de la época. Está enfermo, a pesar de que su ritmo de vida no lo demuestre, y por prescripción médica decide volver a Asturias, junto con su padre. Allí entrará en contacto con sus antiguos compañeros, de la mano de quienes conocerá el turbulento clima social que se vive en el Principado. Asimismo, entablará una relación con una de las sirvientas de la casa de su padre.

Por su parte, Apolonio es un minero asturiano por los cuatro costados. Toda una vida dedicada a la mina lo han convertido en capataz. Sus opiniones siempre son tenidas en cuenta por sus compañeros, de modo que los dirigentes sindicales tratan de conseguir su favor. En su vida privada, Apolonio cumple con los rasgos característicos de la mayoría de los hombres de la época: autoritario y machista. Su hija trabaja en la casa del Marqués y Apolonio no deja que cualquiera se acerque a ella.

La historia de amor entre Tristán e Isolina permite a Zapico mostrar la gran desigualdad social que existía en Asturias y en el resto de España durante los años 30. Los contrastes entre la cómoda vida del joven aristócrata y la dura existencia de la sirvienta quedan perfectamente reflejados. También es interesante cómo el dibujante ha retratado la diferente concepción del mundo que poseen ambos personajes y el valor que le dan a aspectos como el dinero y la cultura.

La subtrama protagonizada por Apolonio muestra la dura vida en la mina y en los pueblos que dependían económicamente del carbón. La frontera entre la vida y la muerte era muy fina, ya que los accidentes eran muy habituales. Los actos de crueldad contra los trabajadores por parte de los cargos intermedios, representados en el cómic por un ingeniero,  estaban a la orden del día. El trabajo infantil era de lo más normal. Todas estas injusticias fueron creando el clima propicio para que germinara la revolución y Alfonso Zapico consigue recrear de manera brillante la atmósfera que se debió vivir en la cuenca minera en los meses previos a octubre del 34. Este primer tomo de la obra concluye con el inicio de la Revolución y espero fervientemente la publicación del segundo para comprobar la manera en que el autor ha retratado los hechos más trágicos de la Revolución de Asturias.

La parte gráfica de la obra está  a la altura del guión y Zapico muestra su dominio del blanco negro, con aún  mayor sutileza que en sus obras anteriores. Los personajes, de rasgos caricaturescos, transmiten muy vivamente sus sentimientos y consiguen emocionar. Otro aspecto importante es que el abundante proceso de documentación y el conocimiento del autor asturiano de la cuenca minera se muestran en la gran veracidad de los escenarios en los que transcurre la acción.

Dos recursos gráficos me han parecido especialmente interesantes: el uso de páginas negras en los momentos en que la acción se sitúa en el interior de la mina y el uso de dobles páginas a modo de periódico obrero de la época, que permite a Zapico contextualizar históricamente los hechos de forma breve y atractiva. Para observar la manera en la que Zapico llevó a cabo el dibujo os recomiendoque visitéis la entrada «Finales de agosto, principios de septiembre (la balada de Zapico)» en el  blog Es muy de cómic, de Pepo Pérez.

En definitiva, La balada del norte es una obra que encaja perfectamente en el espíritu de este blog, ya que consigue divulgar un periodo histórico tremendamente sugerente mediante una historia de ficción realmente interesante. Esperemos que no haya ningún problema y que a finales del año que viene podamos comprobar cómo acaban Apolonio y Tristán, y sobretodo, cómo desarrolla Alfonso Zapico la Revolución de Asturias de 1934, uno de los momentos fundamentales de la historia de España en el siglo XX, que precedió a la guerra civil y que ya mostró la gran división social existente en el país.

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